► Artículo publicado por Gonzalo Araluce en El Español aquí
(…)»Los ecuatorianos nos hablan de casas destruidas, personas atrapadas entre los escombros pidiendo ayuda, gente llena de polvo corriendo por la calle, personas que iban en los coches y que salían en descontrol por direcciones prohibidas, escombros que caían del cielo…». El relato que hace Airam Vadillo apunta a «una película de sobremesa» que «se convierte en realidad».
«Al final se dan cuenta de que lo están viviendo, de que es un terremoto, de que es real», asegura Vadillo. La misión que le ha llevado a Ecuador -empotrado en un equipo de Médicos del Mundo compuesto por otros tres psicólogos y un logista- es el de realizar el «trabajo de emergencias de segunda fase». No existe un por qué a lo sucedido, un terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter, pero sí que se pueden ofrecer las claves para asimilar el desastre, del que este lunes se ha cumplido un mes.
«INTERVINIENDO CON INTERVINIENTES»
Son las 18.58, la misma hora en la que se registró el terremoto. Un mes más tarde, muchas víctimas aguardan en su casa a que pase aquel minuto fatídico, en el que lo perdieron todo, atenazados por el miedo de que su pesadilla vuelva a convertirse en realidad. El terror tiene vida propia y reina en algunos de los lugares que más sufrieron las consecuencias del sismo.
Nosotros intervenimos con intervinientes, ayudamos a los que ayudan
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Fotografía: Un hombre junto a sus hijos en un colegio de Manta, Ecuador. Guillermo Granja Reuters, recuperada el mismo artículo