Binyavanga Wainaina, publicó un artículo titulado ¿Cómo escribir sobre África? donde daba algunos consejos en clave de humor a los futuros escritores sobre el continente negro:
1) En tu texto trata a África como si fuera un solo país (…) No te enredes con detalles y descripciones precisas. África es grande: 54 países y 900 millones de personas [así era entonces] que están demasiado ocupadas pasando hambre, muriendo, guerreando y emigrando para leer tu libro.
2) Nunca pongas la imagen de un africano de clase media en la portada de tu libro, ni dentro, a no ser que haya ganado un premio Nobel. Un AK-47, costillas prominentes, pechos desnudos: utiliza éstas.
3) Temas tabú: escenas ordinarias de la vida cotidiana, amor entre africanos (a no ser que esté relacionada con la muerte), referencias a escritores africanos o intelectuales, la mención de niños que van al colegio y que no sufren virus, ni Ébola, ni mutilación genital femenina.
4) Entre los personajes no puede faltar la africana hambrienta, que vaga por el campo de refugiados prácticamente desnuda y espera la benevolencia de Occidente. Sus hijos tienen moscas alrededor de los ojos y tripas hinchadas. Sus pechos están planos y vacíos. Debe aparecer como una mujer completamente indefensa. No debe tener ni pasado ni historia; estas pequeñas diversiones arruinan el dramatismo del momento. Los gemidos y las quejas son buenos.
5) Asegúrate de que muestras cómo los africanos tienen la música y el ritmo profundamente arraigados en sus almas y comen cosas que ningún otro humano come. No menciones el arroz, la ternera o el trigo; el cerebro de mono es el preferido en la cocina africana, junto a la cabra, la serpiente, los gusanos, las larvas y todo tipo de carne de caza. En tu texto, muestra cómo fuiste capaz de comer dicha carne sin estremecerte y, por supuesto, describe cómo aprendiste a apreciarlo, porque África te importa.
6) Hablar generalizando es bueno. Evita que los personajes africanos se rían o luchen para educar a sus hijos. O mejor, simplemente evita representarlos en circunstancias mundanas. Los personajes africanos deben ser coloridos, exóticos, más grandes que la vida, pero vacíos por dentro, sin diálogo, sin conflictos o resoluciones en sus historias, sin profundidad o rarezas que confundan la causa.
7) El africano moderno es un hombre gordo que siempre roba, se niega a dar permisos de trabajo a los occidentales cualificados que de verdad se preocupan por África, es un enemigo del desarrollo y siempre utiliza su puesto gubernamental para dificultar el trabajo a los pragmáticos expatriados de buen corazón que quieren poner en marcha una ONG o Áreas de Conservación. O bien es un intelectual educado en Oxford que se ha convertido en un político asesino en serie vestido con trajes de marca. También puede ser un caníbal al que le gusta el champagne y su madre es una médico-hechicera que es quien realmente dirige el país.
8) Recuerda: cualquier trabajo en el que la gente aparezca mugrienta y miserable será alabado como la “África real”, y eso es precisamente lo que tú quieres que ponga en la contraportada de tu libro. No sientas malestar por esto: estás intentando ayudarles para conseguir ayuda de Occidente. Tomes el ángulo que tomes, asegúrate de dejar la fuerte impresión de que sin tu intervención y tu importante libro, África estaría condenada.
9) Los elefantes son bondadosos y comprensivos… También los gorilas. Nunca, nunca se te ocurra decir nada negativo acerca de un elefante o un gorila…. Tú ponte siempre del lado de los elefantes.
10) Después de los activistas célebres y los trabajadores humanitarios, los conservacionistas son la gente más importe de África. No les ofendas. Necesitas que te inviten a su rancho de 30.000 acres -o área de conservación-, y esta es la única manera en la que conseguirás entrevistar al célebre activista. A menudo, una portada con un heroico conservacionista en ella funciona a las mil maravillas para las ventas. Cualquier blanco bronceado que vista de khaki y que alguna vez en su vida haya tenido un antílope como mascota o una granja es un conservacionista, uno que está preservando la rica herencia africana. Cuando le entrevistes, nunca le preguntes cuántos fondos tiene; no le preguntes cuándo dinero gana con su reserva y mucho menos cuánto paga a sus empleados.
11) Los lectores se verán desencantados si no mencionas la luz en África. Y los atardeceres, claro. Los atardeceres son una obligación. En ellos el sol siempre es grande y rojo.Siempre hay un enorme cielo. Los espacios salvajes y enormes son críticos en África: África es la tierra de los Espacios Salvajes y Enormes.
12) Para ir terminando, siempre necesitarás un club nocturno llamado Tropicana donde mercenarios, diabólicos nuevos ricos africanos, prostitutas, guerrilleros y expatriados salen juntos por las noches.
13) Por fin, cierra siempre tu libro citando a Nelson Mandela diciendo algo acerca de arcoiris y renacimientos. Porque a ti, África te importa.
Texto recuperado del Blog África no es un país aquí
Binyavanga Wainaina
(Kenia, 1971) Director del suplemento literario “Kwani?” (www.kwani.org), el cual fundó tras ganar el prestigioso premio Caine en 2002 con su cuento “Discovering Home”. Colabora habitualmente en diversos medios escritos de África, Inglaterra y Estados Unidos. En los últimos años se ha dedicado al estudio de la música y las raíces africanas, a la vida docente en universidades de Kenia y Estados Unidos y a terminar de escribir su primera novela, entre otras cosas.