No es que el caso de Wayu fuera incómodo. Es que era insoportable.
Estado de hibernación.
Desde Kipini, Kenia, con su abuela. Ella no habla Kiswahili, solo su lengua tribal: Pokomo. Todo dudas, el estado de su nieto: lamentable. O incompresible.
Muchos meses. Los estipulados para recuperarse de su insomnio corporal. Lo comprensible para un ser humano, o simplemene por ser humano.
Su estado de malnutrición a su llegada sólo nos hace saborear como puede estar a día de hoy recibiendo clases de infantil, como si nada hubiera pasado.
Faltaría más.
Por Anidan Kenya, Anidan Italia y su apadrinamiento, pero principalmente por él. Wayu, se aferra a lo innegable: la vida.
Fotografía Ugo, director de Anidan Italia