Los seis retos del cooperante

Escrito por Alex Prats  

1.Superar la lógica Norte/Sur. El modelo ‘personas solidarias de países ricos en el Norte cooperan para contribuir al desarrollo de personas pobres en el Sur’ ha pasado ya a mejor vida. Muchos de los problemas que causan pobreza e injusticia son problemas sistémicos de dimensión global y nos afectan – aunque con forma e intensidad distintas – tanto en el Norte como en el Sur. Este es, por ejemplo, el caso de la galopante desigualdad entre ricos y pobres que se ha venido produciendo en las últimas décadas, sea en España, Estados Unidos, Brasil, India o Kenia. El cambio climático es otro ejemplo. Debemos superar la lógica Norte/Sur. El reto es cómo cooperar, de igual a igual, con otras personas y organizaciones, estén donde estén, para encontrar soluciones efectivas a problemas comunes que producen pobreza e injusticia.

 2. Combatir con inteligencia y valentía las relaciones desiguales de poder.  Es difícil que hagamos buena cooperación para erradicar la pobreza y crear un mundo más justo sin una clara voluntad de incidir tanto en las reglas del juego como en la forma cómo las reglas se llevan a cabo. En el contexto actual, muy marcado por la captura de la política por parte de las élites económicas, esto implica, de forma automática, la necesidad de combatir las relaciones desiguales de poder para que todas y todos podamos influir en decisiones que afectan de forma directa a nuestras vidas. No es posible comprender las dinámicas de la pobreza – y por tanto erradicarla – sin comprender las dinámicas – muchas veces injustas – de la riqueza. El reto es abandonar la ingenuidad del pasado y conocer mucho mejor los entresijos del mundo en el que trabajamos; debemos desafiar y cambiar – con inteligencia y valentía – las ideas, los comportamientos, las instituciones – los modelos en definitiva – que causan pobreza e injusticia.

 3. Forjar más y mejores alianzas. Honestamente, creo que nuestra capacidad para sumar fuerzas con otros para lograr un objetivo común es muchas veces decepcionante. No me refiero únicamente a alianzas con actores gubernamentales, sindicatos, empresas, centros de investigación o universidades, sino incluso entre ONGDs o con movimientos sociales. Las ONGDs sólo podremos ser útiles en el futuro si cooperamos mejor entre nosotras y si aprendemos a trabajar con actores con los que apenas, hasta hoy día, hemos trabajado.

 Puedes leer los siguientes 3 puntos en el Blog 3500 de El País aquí

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