Lo peor del blog de Daniel Burgui es que ha dejado de escribir.
Perlas de su entrada titulada: Soy incorregible
(…)En esas fracciones de embobamiento siento que soy uno esos ancianos africanos, de extrema serenidad y paz, sentados al borde de un escalón de adobe en el portón de una casa, o en el arcén de un camino polvoriento en mitad de ninguna parte. Que no espera ir con prisa a ningún lado. Ni si quiera espera(…)
(…)recuerdo con emoción que en Kirguistán curiosamente llegar puntual a la casa de tu anfitrión era una gran muestra de descortesía: había que llegar ligeramente tarde para ser educado. Es una herencia de la tradición nómada. De los hombres sin reloj y de la imprevisibilidad del viaje(…)
(…)Troceamos, descuartizamos el tiempo en raciones asumibles, planes digeribles y dirigibles, nos embutimos en fracciones, lo acotamos y vivimos angustiados por él. Somos sus súbditos. Miramos al futuro con sofoco. Creemos con convicción que el tiempo existe al margen de nosotros mismos, es objetivo y universal. Nos sobrevive. Y nos convencemos de la perdurabilidad de los objetos, de nuestras pertenencias e incluso nuestras relaciones. A menudo, creo yo, preferimos “poseer” el tiempo, “poseer” lo que nos acomoda y rodea y “poseer” las relaciones y a las personas, al simple hecho de “disfrutarlas”. Tenemos novia, coche, casa y vacaciones. No aferramos a eso. Tenemos pero no gozamos(…)
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Fotografía recuperada de la misma fuente dburgui.com