La única arma válida par el extremismo es la empatía. El sentir que las distintas religiones tienen mucho más en común de lo que parece, si nos les cegaran el fanatismo que desprenden. Y que les inculcan.
La propia religión separa a las personas, pero la experiencia religiosa las une.
Ilustración a cargo del periódico keniano The Start the-star.co.ke