Desde el puerto de Lamu town, en el archipiélago de Lamu, nos dirigimos a la isla de Manda, concretamente al poblado de Maweni, para conocer cómo progresa la ayuda nutricional que, gracias a la ONG Proyecto Amanecer, la ONGD Anidan Kenya proporciona a una escuelita.
Con la esperanza de que sigan teniendo esperanza, la alimentamos junto con la papilla de Uji (porridge en inglés, gachas¹ en castellano) para que los niños y niñas del poblado tengan los nutrientes necesarios para su crecimiento físico e intelectual.
Cada semana, desde el 20 de enero de 2014, el señor Benson y su grupo del committe (algo así como una asociación que responde sobre el correcto funcionamiento del poblado), se dirigen cada viernes a recoger el suministro semanal.
El proyecto de ayuda posee los siguientes datos diarios:
• Un kilo y medio (1 ½ kg) de avena
• Dos kilos (2kg) de Maziwa (leche)
• Dos kilos y medio (2 ½ kg) de Sukari (azúcar)
El procedimiento es el siguiente:
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Poco antes de las ocho, la cocinera contratada comienza la preparación del Uji. Se asegura de que:
a) Los vasos estén limpios antes de ser utilizados.
b) Al preparar el Uji, realiza unos suaves movimientos de un vaso a otro para ver la consistencia y la forma en que fluye.
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La profesora Diana es la primera en probar si el Uji está en buen estado. Así, da el visto bueno para que el resto de los niños tengan su cantidad diaria de papilla nutricional.
3. Posteriormente entre la profesora Diana y Mery, organizan a los niños para que en fila tengan su ración diaria, alrededor de las 10:30 am.
4. Al finalizar la ración, se lavan los vasos, tienen un recreo de 20 minutos y los más peques pueden repetir si así lo desean.
Una vez me han explicado el procedimiento que siguen, me siento con la profesora Diana y hacemos balance de lo que ha supuesto la ayuda alimenticia en torno a la salud general de los niños, así como en el rendimiento académico.
A través de la siguiente tabla, identificamos de forma generaliza los siguientes cambios con un Antes de la ayuda / Después de la ayuda:
Por el mero hecho de ofertar la papilla, la escuela crece en demanda. Es un aliciente para que comiencen a venir. Dicho de otra manera, la ayuda actúa como causa; la mejora académica y salud en todo su contexto son entendidas ambas como su consecuencia beneficiosa.
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La pobreza extrema que azota al poblado de Manda Maweni sigue existiendo. El círculo vicioso y/o la trampa de la pobreza es realmente compleja, pues gira en torno a muchas variables a tener en cuenta. Es innegable que aún queda mucho por hacer. Por ti, por mí, por los de arriba.
Sin embargo, se puede afirmar con entereza y satisfacción que en un lugar determinado y en una situación dada, un grupo de niños reciben la alimentación necesaria y suficiente. Al menos, para dar esquinazo a la inercia de un futuro sellado, y así escribir por ellos mismo un presente y futuro alimentados también de esperanza.
Niños del poblado de Manda Maweni, en Kenia