Celos: breve análisis

Lo primero que nos viene a mente es la utilidad  básica de suspicacia, incertidumbre y/o desconfianza sobre alguna intención o acción. Esta incertidumbre nos crea incomodidad y desencanto, ya que unas determinadas situaciones podrían no ocurrir como deseamos.Los celos son un grito hacia el mantenimiento de  la relación, para que ésta no se desestabilice.

 Sin embargo, después de esta función de salvaguardar la pertenencia hacia un vínculo, hay celos que no contribuyen a la estabilidad, sino que, muchas veces sin quererlo, desestabilizan una relación que quisieran tener estable.  Por consiguiente, una desconfianza excesiva no refleja preocupación, sino temor. Es en este momento cuando los celos ya no forman parte del campo de la desconfianza, sino del miedo. Del miedo a la pérdida, de perderle/la. Es ese pavor el que hace que muchas personas reaccionen de forma irracional, distorsionando hasta lo más evidente.

 Así, la persona sufre, o más bien sufren ambos, el celoso y la persona que recibe los celos. Los celos patológicos es una llamada voraz hacia la aversión de la pérdida, el miedo de dejar de ser con el otro, miedo a perderse y no encontrarse. El celoso no encuentra ni ve alternativas posibles. Vive el miedo como una dependencia emocional sin plan B.

Fotografía recuperada de xabi tolosa en flickr


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