A tenor de los estereotipos existentes en cuanto a lo que África significa en todo su contexto, parece incluso difícil imaginarse otra realidad diferente de la de pobreza y guerras civiles.
Si bien es cierto que son existencias (pobreza y guerras civiles), así como palpables por cualquiera que se tercie a pisar un país africano en conflicto, existen numerosas vivencias y situaciones paralelas, las cuales nos invitan a salir de esa inercia de encasillar, etiquetar y enjuiciar a un país en base a las películas que nos venden (y consumimos sin rechistar) entre otros formatos.
No es que la clase media sea representativa, pero existe. Y cada vez más.